viernes, 26 de marzo de 2010

¡ A la mierda las perdices!



"La Cenicienta tenía tantas, tantas ganas de ir a la fiesta que al final lo consiguió. Pero se puso tan ansiosa que a la mañana siguiente no se acordaba de nada (llegó a las 12, pero a las 12 de la mañana). Pero ahí estaban esos dos señores, con el zapato de cristal de tacón de palmo y de punta esperando a que se lo probara. Al principio no le cabía el pie, pero apretó y apretó hasta que consiguió meter la pata. ¡Porque se tuvo que casar con el príncipe!Al príncipe le encantaban las perdices, pero la cenicienta es vegetariana, no come ni carne, ni pescado, ni lleva chupa de cuero, aún así tenía que cocinar las perdices porque era la comida preferida del príncipe. Se las cocinaba a la plancha, al horno, rellenas, fritas.- ¡Éstas están saladas! ¡Éstas están crudas! ¡Éstas están quemadas! - gritaba el príncipe malhumorado, porque nunca cocinaba las perdices a su gusto, ¡qué disgusto!Y lo peor, tenía que ir subida en los zapatos de tacón de palmo y de punta. Al principio intentó poner la espalda recta, pero se caía hacia atrás, así que se fue inclinando y por su espalda se fueron deslizando todas sus ideas e ilusiones. Y la planta del pie chafada completamente. ¡Eso es horrible! En la planta del pie están reflejados todos nuestros órganos. ¿Qué hacemos en Occidente con todos los órganos chafados?La Cenicienta cada vez se encontraba peor: enferma, deprimida, perdida... Y un día decidió contarlo"No te quejes de los zapatos, mi príncipe es moderno y yo voy subida en unas plataformas de medio metro”, le decía su amiga, la princesa moderna. "No te quejes, ¿dónde vas a estar mejor que con un príncipe?" le regañaba la reina madre. "¿Pero tú no eras vegetariana y te gustaba andar descalza?" - preguntaba su amigo hippie.Así que la Cenicienta se confundía más con los comentarios de la gente, dejó de contarla y se quedó sola. Sólo tenía a su príncipe "amado", la espalda torcida, los pies chafados y el corazón destrozado. Y un día tuvo la suerte de verse a sí misma.Y le dio por reírse, de lo inocente que había sido pensando que un príncipe la salvaría. Después de años viviendo con uno, se dio cuenta de que los príncipes no te salvan... Tampoco los camioneros, ni los discjokeys, ni los pasteleros... Dejó de sentirse culpable, se perdonó y se dio cuenta que la única capaz de salvarte eres TÚ MISMAAsí que la Cenicienta dijo BASTA y apareció el hada, que era una basta (he de contaros que las hadas son gorditas, peludas y morenas, que están dentro de nosotras y sólo salen cuando dices basta) En cuanto el hada vio a Cenicienta la abrazó y la estrujó y la Cenicienta en el momento que se sintió recogida se puso a llorar ¡Hacía tanto, tanto que no lloraba!Primero empezó llorando por el príncipe, por tantas perdices muertas y por los zapatos. Luego siguió llorando al recordar que su madrastra le maltrataba, que su padre le trataba peor y que sus hermanas casi se mueren por querer usar una 38 de ZaraLo lloró todo, todo... lloró también dos vidas anteriores y por si acaso, para no repetir karma. Y se sintió mejor que nunca: ¡Vacía! Con el miedo que le daba a ella quedarse vacía. Ahora sólo tenía que llenarse de cosas buenas: en primer lugar dejó al príncipe, a pesar de que cuesta mucho dejarlos, es tan difícil que a veces repites dos o tres príncipes más) y una vez sola descubrió que quería disfrutar de su cuerpo, que tan castigado había estado. Descubrió la danza libre, que no es tan libre pero que te hace sentir libre. En esta danza da igual que calces un 42, que peses 90 kilos, que midas 1'92 o que tengas 80 años.Y así fue como encontró en el camino de la transformación a otros seres, como a la Ratita Presumida, que ha empezado a engordar y ahora liga más... La Bella Durmiente y la Blancanieves que se están despertando, desintoxicándose del Prozac. La Caperucita Roja que le había salido violento el cazador, debido a sus dioptrías emocionales, no le vio la escopeta. Pinocho que está harto de sus mentiras y sabe que necesita la verdad, y el Hombre de Hojalata, que llorando, llorando, encontró su corazón.Una vez libres, pudieron realizar sus sueños, ayudándose entre sí. La Cenicienta montó un restaurante cabaret vegetariano, donde además de comer no paraban de bailar. A Cenicienta le va muy bien en el restaurante y ha contratado a un montón de colegas. La Ratita presumida ha conseguido llegar a una talla 42 y vive sola y feliz. La Bella Durmiente y Blancanieves se han hecho muy, muy amigas. Caperucita da talleres a mujeres maltratadas. El hombre de hojalata está enseñando a llorar a hombres, Pinocho sigue buscando la verdad. La reina madre ha abdicado y se ha ido de cocinera al restaurante. Y el amigo hippie desde que ha salido en este cuento no para de ligar.Mientras, el hada basta sigue apareciéndose cada vez que alguien dice BASTAEstán encantadas de haberse conocido, pero también muy enfadadas por el papel que han tenido que representar en los cuentos durante siglos: "niñas pasivas esperando que les pidan la mano y les quiten la vida" SE ACABÓ, han empezado un cuento nuevo: ÉRASE UNAS MUJERES QUE NO ESTABAN SOLAS Y UNAS PERDICES QUE VOLABAN FELICESY bueno, fin, fin... ya sabemos que los finales no existen, todo continúa... "

12 comentarios:

Niña hechicera dijo...

Me has dejado sin palabras,tía....
porque aunque parece que has hecho uso de ese botón que tú ya sabes...;),resulta que ahí estamos todos (y todas )
Esto deberían leerlo tus dos amigas de hace 18 años,por un lado,el Tatito de madera,por otro,el hombre de hojalata anaranjada,por el otro,la Sunny,la Niña,el amigo hippi tuyo ese que le dá por hacer soliloquios espontáneos en tu salón y yo misma...

Te quiero.
(pero qué bien nos lo pasamos desde que pasamos de las perdices,eh??)

BERGEN dijo...

¿ ?

Anónimo dijo...

Me encanta tu cuento, no se si con dedicatoria o no pero sea como sea esa historia me es muy familiar y coicido contigo, VIVAN LAS NUEVAS CENICIENTAS QUE NO NECESITAN DE SU PRINCIPE AZUL y ojala le vaya muy bien a la tuya en su nueva vida.

Marina Judith Landau dijo...

Genial!! Una maravilla de relato!!
Las hadas basta merecen un club de fans, ja ja ja
Se puede, claro que se puede decir basta!!
Vine a leerte por recomendación de Rose, y seguramente seguiré viniendo por tu blog.
Un abrazo.

Gem dijo...

Pues si , he usado el botón derecho , es un cuento publicado de una tal Nunila López Salamero . Me lo recomendo una noche una chica en un chat , estaba ahi para el día que me apeteciera usarlo . Dondelohabredejado , gracias por entrar , esta es tu casa y Bergen no te asustes que no ha pasado nada melodramático en mi vida ( tu ya sabes que estoy de cocinar perdices hasta el moño ).
Besinos

Gem dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Moni dijo...

Me has dejado muda con este cuento tuyo!!! Yo hace mucho que dejé de comer perdices, y que no creo en las hadas, pero tu manera de contarlo me ha encantado!!!!(Por cierto vengo por recomendación de Rose,espero que no te importe...) Un besiño

Gem dijo...

Moni , encantada de tenerte por aquí , ciertamente es estupendo pero mi único mérito ha sido copiar y pegar . Un besín

Sunny dijo...

Yo no tengo una sola hada madrina sino dos y no son ni se llaman "basta", pero me ayudan a verme a mí misma, como a La Cenicienta de tu cuento.
¡¡¡Ay, qué haría yo sin vosotras...!!!

Besinos.

Sunny dijo...

No sé por qué coj... no salió el comentario que te escribí ayer.

Decía que yo tengo dos hadas madrinas y ni son ni se llaman basta.

Deseo que todos nos llenemos de cosas buenas y de cervezas los viernes que son viernes o los viernes que son miercoles ¡qué más da!!!

Besinos.

Niña hechicera dijo...

Pues Sunny,recuerda que aunque no nos llamemos "basta" la una a la otra ,serlo,lo somos...sobre todo yo que horrorizo concuñadas varias con mis ventosidades.....(je,je;)

Y sí,hoy es viernes...como canta Manolo García.

Arcoiris dijo...

Me gusta el relato de la cenicienta, pero yo nunca me sentí así, primero por que las perdices de los cuentos no existen , ni nunca calce zapatos de cristal, para que, mejor descalzas y felices, descubrirse a uno mismo es lo mejor, así que los Viernes pasarlo bien, que la vida es corta.
Nunca dejes de ser tú.
Un besin